O fecha límite, esa que a todos nos pone el estrés a flor de piel. Gente normal puede desarrollar sus proyectos organizadamente y terminar a tiempo sin gran presión, pero personas como yo vemos cara a cara a la muerte cada vez que se llega la fecha de entrega. Aunque he de admitir que trabajo mejor bajo presión, es como si disminuyeran las distracciones y comienzan a llegar las buenas ideas.
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